SAN JACINTO
Por San Jacinto hace
rato
van los mininos
saltones
por temor a los
negrones
que comen seco de gato.
Dicen que son de
Cañete,
con olor a vino tinto,
otros son de San
Jacinto,
reyes del seco y anda
vete.
Aquí no queda la
cuestión
ocultos en los corrales
maúllan a los tamales
que cocina la Corazón.
Disparados por el miedo
van chillando los
mininos
por los oscuros
caminos:
“en San Jacinto no me
quedo”.